viernes, 26 de octubre de 2012

Recortes en cultura en Canarias: cada libro, cuenta.

El pasado mes de septiembre pasaron dos cosas fundamentales para mí, en lo que a libros se refiere. Una muy buena y una muy mala.

La muy buena: Terminaba de publicarse mi primer libro "Por una cabeza" e iban llegando los ejemplares a las librerías.
La muy mala: El Ministerio de Cultura suspendía convenios que afectaban al patrimonio bibliográfico de Canarias.

Un par de semanas más tarde, comencé la organización de mi agenda con vistas a celebrar presentaciones, encuentros con la autora y círculos de lectura. Por motivos obvios, las presentaciones las fui (y las voy) cerrando en librerías que tienen a la venta mi libro, pero ya desde antes de publicarlo, siempre tuve claro que había un lugar donde quería presentarlo: La Biblioteca Pública Municipal de mi ciudad natal, Santa Cruz de Tenerife.

Una de esas bibliotecas a las que "Cultura" ha recortado...

Desde la Biblioteca, se aceptó la propuesta y se me asignó fecha y sala.

Curiosamente, y a la par, un lector muy allegado compraba un segundo ejemplar de mi libro para regalarlo a alguien que quisiera leerlo, pero que no pudiera comprarlo (no es un libro caro, pero hoy en día, lamentablemente, para muchos un libro puede resultar "un lujo innecesario" con independencia de su precio...)

Esto hace que, especialmente para los que aún llevamos poco tiempo dedicados a "escribir", nos cueste mucho vender, y de consecuencia, hacernos un hueco en el "mundillo" y seguir dedicándonos a ello.

Y todos estos hechos aislados, puestos juntos, me llevaron a tomar una decisión. Una decisión que no cambiará nada de todo lo dicho de manera sustancial, pero que quiero igualmente.

Celebraré una de mis presentaciones en la Biblioteca Publica de Santa Cruz (la famosa "Casa de la Cultura"), y aprovecharé el acto para ceder algún ejemplar de mi libro al fondo de la propia Biblioteca. ¿Cómo pago por prestarme (sin lucro alguno) las instalaciones en mis comienzos, cuando aún "no soy nadie"? También. Pero no sólo. Quiero dejar mi libro en la Biblioteca porque es mi minúscula contribución al fondo bibliográfico que Cultura ha recortado (es sólo un gesto, no cambia nada, pero CADA LIBRO, CUENTA). Y quiero dejar mi libro porque no quiero que alguien que quiera tenerlo en sus manos y leerlo, y de verdad no pueda permitírselo económicamente, deje de concederme el honor de leerlo.

Ya lo he dicho, y lo repito. Sé que no es gran cosa; sé que no cambio nada con ello. Pero cada libro cuenta... y cada lector, aún más.


J. Castañeda


jueves, 25 de octubre de 2012

miércoles, 10 de octubre de 2012

La foto más "tierna" de Facebook...

A sabiendas de que tengo las entradas a este Blog "ligeramente abandonadas" (todo lo relacionado con la publicación de mi primer libro me tiene absorbida), hoy quiero publicar una muy especial y que dedico a todos los amantes de los animales.

Hoy encontré esta foto, y quizá porque yo también tuve a mi "amigo perruno" durante la friolera de 19 años a mi lado, me conmovió. No puedo dejar de compartirla, porque aunque últimamente ando sumergida en el mundo de las letras y las palabras, escribiendo y leyendo aún más de cuanto escribo, esta imagen, realmente, vale más que mil palabras...


Que la disfruten, y lean en esta foto el mensaje que ni siquiera "entre renglones" se podría escribir...

http://www.stonehousephotoblog.com/2012/08/john-shep-on-lake-superior/ http://www.stonehousephotoblog.com/2012/08/john-shep-on-lake-superior/

lunes, 24 de septiembre de 2012

El placer de escribir

Hace poco más de quince días que mi primer libro está en el mercado literario on-line, y tan sólo tres días que ha llegado a las librerías de mi tierra natal, Tenerife, y ahora que por fin tengo un poco más de tiempo, terminadas las gestiones editoriales y comerciales, y antes de sumergirme en las presentaciones (el próximo mes ya tocan varias...) quiero retomar la entrada que publiqué el pasado 26 de julio: "Quiero ser escritor", donde prometí que iría contando mi "experiencia", esperando que pueda servir para que todo aquel que anhele "escribir", dé el primer paso.

Si estás leyendo esto, es porque te interesa la escritura. Escribir enriquece, es una experiencia muy satisfactoria y, si para colmo logras ver tu obra publicada, el círculo se cierra. Y hoy existen muchas opciones para poder hacer este "sueño" una realidad. Pero si la pregunta es ¿quieres ser escritor?, lamento decirte que no sé cómo se hace para lograrlo. Yo sólo sé cómo se hace para escribir y, si me apuras, para publicar. Pero eso no sé si se considera "ser escritor". Esa gran frase que afirma "quería ser escritor y, en cambio, escribí libros" para mí es la clave. Si estudias derecho, o biología, o historia, llegará un día que, con independencia de tu experiencia práctica, llegarás a ser abogado, biólogo o historiador. Tendrás el título, y probablemente también el alma, ¡pero el título no te lo quita nadie! Puedes ponerle fecha al día en que "te conviertes en...". Si sueñas ser escritor, eso no se cumple.

No te vas a levantar un día siendo escritor (ni con fama, ni sin ella). No habrá un día exacto en el que lograrás la etiqueta. Y a diferencia de los ejemplos anteriores, aquí la experiencia sí que contará, y mucho.

No te estoy diciendo con ello que te pongas a escribir para llegar a ser "escritor". Te digo, simplemente, que te pongas a escribir si sientes que eso te llena. Que disfrutes, que crees, que imagines... y que compartas todo eso. Algún día oirás decir de ti "eres escritor", y te sonará raro. O considerarás que ese calificativo te está aún lejano. O no lo creerás. El placer de escribir es tal que logra subsistir sin etiqueta. No hay título.  Hay 100% de alma, y nada más. Bueno, y creaciones. Así que crea, escribe, narra, relata. Y diviértete.

Hay miles de estilos a la hora de escribir. ¡Logicamente la madre gramática es sagrada! Pero el estilo puede ser tan libre como la historia que se cuenta. ¿Bueno o malo? ¡Quién sabe! Lo que está claro es que tampoco se puede gustar a todo el mundo...

Prometo seguir escribiendo al respecto en breve, y, por supuesto, acerca de las opciones para "publicar"... Pero hoy me apetecía dar una visión más "romántica" y menos "práctica" de este maravilloso camino que nos mueve, y que por el momento estoy recorriendo. Lentamente. ¡Y lo que queda!

Al fin y al cabo, hace poco más de quince días que estoy "en el mercado". Aún el estado de "enamoramiento" me dura...  



"Un escritor profesional es un amateur que no se rinde"
(Richard Bach)



viernes, 31 de agosto de 2012

Un Universo que conspira

Nunca he albergado ningún tipo de duda acerca de la idea de que vivimos en un Universo "que conspira". O mejor dicho, de un Universo que conspira a nuestro favor.

El caso que me motiva a escribir esta entrada al blog es, precisamente, la lectura de un libro que trata esta idea y que la defiende hasta la saciedad. No me voy a pronunciar acerca de la valoración o crítica de la obra en sí, que como toda obra, puede gustar o no gustar y tiene cosas buenas y otras no tan buenas. Lo que me interesa es el concepto. La idea.

Creo profundamente, (porque lo he experimentado), que vivimos en un Universo que conspira a favor de aquello que le pedimos. Que escucha nuestros deseos, pero también nuestros pensamientos más recurrentes, incluso obsesivos. Y los materializa. He ahí la importancia de pensar "sanamente".

Muchas veces oyes hablar a la gente acerca de la suerte. Del triunfo "por casualidad". Yo, desde mi humilde opinión, que no es más que eso, desestimo esa idea. LA SUERTE NO ES CASUALIDAD. Personalmente, me considero una persona "suertuda": todas las cosas importantes que he deseado con fuerza y sin albergar duda de que eran lo que de verdad deseaba, antes o después han llegado. SIEMPRE. Pero no por casualidad. Sino porque sabía que antes o después llegarían. Porque me convencía de ellas. Y sé que este es "El Secreto"...

La suerte no es la clave. Lo es el convencimiento de que TODO se puede lograr. La constancia. La fé en que si de verdad deseas algo con todas tus fuerzas, creyendo que puede suceder, acabará por suceder, en que el Universo (Dios, la vida, el destino, la energía... ¡ponle el nombre que más te guste!) acabará por cumplir aquello que tenías en tu mente, de manera recurrente. Lo creas o no.

Por eso, la clave está en que tus pensamientos recurrentes vayan en consonancia con tus deseos. La denominada "Ley de la atracción" funciona. No tengo ninguna duda de ello. Y cada vez, me convenzo más y más.

Nada es casual. Todo lo que pasa, pasa por una razón. Y la razón probablemente, no esté "fuera"...

"El azar no existe; Dios no juega a los dados"
Albert Einstein


jueves, 26 de julio de 2012

Quiero "ser escritor"...

Ser escritor. No sé muy bien que pueda significar. Cualquiera puede escribir pero ¿eso nos convierte en escritores?
Realmente, no importa qué se escribe o cuántos lectores se alcancen. Si quieres "ser escritor" lo importante es "empezar a escribir"... Pero ¡cuidado! Empezar nunca es fácil. Y abrirse hueco en el mundo de la escritura, tampoco lo es.
Dado que yo también soy aún relativamente novel en la materia, me gustaría poder compartir en este blog los pasos que doy. No para ser escritora. Sino para sentir la enorme satisfacción que provoca "escribir" y ver tu obra hecha realidad. Para mí, eso es ser escritor. Lo demás viene sólo, o no viene. Pero es la pasión por la escritura lo que te convierte en un escritor.

En próximas entradas a este blog iré compartiendo "fundamentos" a tener en cuenta si aspiras a "ser escritor"...

Pero por ahora, sólo un consejo: escribe de lo que conoces. Y si no conoces, dedícate a conocer todo lo posible aquello de lo que te gustaría escribir. Sea lo que sea: lugares, sentimientos, épocas... Hoy en día aprender y documentarse es "relativamente fácil". Verifica fuentes, consulta opiniones... Aprende.
Si además de disfrutar la escritura te permite enriquecerte conceptualmente... No podrás vivir sin ella.
Y bien, ¿has empezado ya a escribir?


miércoles, 27 de junio de 2012

Vive como si algún día tuvieras que morir...


Lo que más me sorprende del hombre occidental es que pierde la salud para ganar dinero, y después pierde el dinero para recuperar la salud. Por pensar ansiosamente en el futuro, no disfruta el presente, por lo que no vive ni el presente ni el futuro. Vive como si no tuviese que morir nunca… y muere como si nunca hubiera vivido”.
No hace falta “leer entre líneas” para entender el mensaje, cargado de verdad ineludible, de esta frase del Dalai Lama.
Así es; vivimos en una sociedad que mira, casi exclusivamente, al futuro. Vivimos a toda prisa. Sin pensar. Sin detenernos. Sin casi vivir. Trazamos metas futuras, las alcanzamos y marcamos nuevas. Occidente atraviesa crisis económicas y políticas a consecuencia de su pasado, y acelera otras tantas en el presente, como las ambientales. Pero Occidente vive frenéticamente, pensando en un futuro que es del todo incierto. Que, como la propia definición de “futuro” implica, es meramente una conjetura. 
Nos da igual. Y seguimos mirando sólo al futuro. Como si el “futuro” fuese eterno. Pero lamentablemente, no lo es. En una ocasión, escuché una frase de Les Luthier que me gustó muchísimo y, desde entonces, intento repetírmela de vez en cuando: “No te tomes la vida demasiado en serio, porque lo único seguro es que acabará matándote...”. Pero no nos damos cuenta de ello. Y seguimos mirando al futuro. Trazando metas. Y alcanzándolas. 
Mañana, nada más despertar, prueba a hacer una cosa. Prueba a imaginar que ese día fuera el último de tu vida. No temas. Pensar en el tabú que es la muerte para la sociedad occidental no traerá consecuencias negativas. Tienes el 99% de probabilidades de que detrás de ese día vengan muchos más. Pero, igualmente, imagínalo por un momento. Y después, vive el día que te espera. 
Cuando hables con tu gente, hagas tus quehaceres cotidianos o cuando, sencillamente, no estés haciendo nada, actúa como si no hubiera un mañana. Pero hazlo de verdad. 
Bien. Una vez lo hayas hecho, haz lo mismo pasado mañana. Y pasado pasado mañana. Y así sucesivamente. Porque, lamentablemente, llegará un día en el que des en el clavo.  
Vive como si algún día tuvieras que morir porque sólo así, morirás (dentro de muchos, muchos mañanas!) habiendo vivido. 

martes, 26 de junio de 2012

Hoy nace este Blog.
Nace del deseo, de la pasión, del desenfreno.
Y nace como nacemos todos: de un parto.

Hoy nace este Blog, fruto del amor a la escritura, de la pasión por contar historias y del deseo de poder transmitir algún mensaje. Alguna reflexión que pueda resultar útil.

Tras el parto de mi primera novela, aún en su nido neonatal, me decido a crear este Blog. No sólo para acercar la historia de mi primer hijo, sino para seguir compartiendo todo lo que sea capaz de transmitir. Todo lo que pueda engendrar, en adelante.

Porque, al fin y al cabo, todos tenemos cosas que contar. Y todos podemos compartirlas. Por si alguien le sirven...

Hoy nace este Blog. Del deseo, de la pasión, del desenfreno.
Hoy nace este Blog para escribir entre renglones, porque me gusta leer entre líneas.